Cada mes es la misma historia: empieza con entusiasmo, promesas de cambio, objetivos anotados en la agenda e incluso un baño de sal gruesa para renovar las energías. Pero, a medida que pasan los días, aparecen algunas tentaciones, la pereza se hace notar y, de repente, el objetivo ya quedó en el pasado. ¿Lo más cómico? Hay signos que aún actúan como si los hubieran sorprendido desprevenidos. Así que, a continuación, descubre cuáles son los signos que arruinan sus propias metas y luego ponen cara de: “Dios mío, ¿cómo ocurrió esto?”
Géminis
Géminis comienza con entusiasmo, quiere hacerlo todo al mismo tiempo y hasta cree que le va a resultar. Pero, en el camino, cambia de idea, inventa nuevos objetivos y se pierde en su propio guion. Luego suelta un: “¡Wow, pasó volando, ni me di cuenta!”
Temas relacionados :Astrología
Piscis
Piscis sueña en grande, pero cuando se trata de llevarlo a la práctica, a veces prefiere quedarse en el mundo de la imaginación. Entonces, cuando se da cuenta de que nada ha cambiado, arma un drama digno de telenovela: “¿Cómo pudo pasarme esto a mí?”. Pero en el fondo… sabe muy bien por qué.
Sagitario
Sagitario jura que esta vez va en serio. ¡Y hasta lo intenta, eh! Pero la libertad habla más fuerte. Salta etapas, escapa de la rutina y luego actúa como si el universo hubiera arruinado todo. Es culpa del destino, por supuesto.
Libra
Libra incluso establece metas hermosas, equilibradas y bien pensadas. Sin embargo, la indecisión y la necesidad de complacer a todos terminan siendo un obstáculo. Al final del mes, mira la lista y dice: “Mmm, iba a hacerlo, pero surgieron tantas cosas…”.
Aries
Aries se emociona al comienzo, establece diez metas ambiciosas a la vez y piensa que las cumplirá todas en tiempo récord. Sin embargo, en cuanto aparece el primer desafío, abandona la mitad. Y cuando alguien le pregunta, todavía finge sorpresa: “¿Eh, pero eso era para este mes?”.
Por supuesto, todos tienen altibajos, pero algunos signos simplemente son expertos en sabotear sus propios planes. Y lo más curioso es que, a pesar de saberlo, siguen repitiendo el ciclo con la misma expresión de asombro al final. ¿Quién los entiende, eh?