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Entiende el poder de los espejos

Utilizados desde la antigüedad como portales, oráculos e instrumentos mágicos, los espejos revelan secretos del inconsciente y del mundo espiritual.

Los primeros espejos fueron los propios lagos de la antigua Grecia. En días tranquilos, cuando las aguas permanecían serenas, era posible ver un reflejo sorprendentemente detallado. Los antiguos celtas, por ejemplo, solían observar con atención el reflejo de sus ojos en la superficie de los lagos. Muchas filosofías espirituales creen que los ojos son una manifestación del alma y, por ello, pensaban que allí podían acceder a los misterios del inconsciente y obtener revelaciones valiosas sobre el pasado, el presente e incluso el futuro.


Carl Jung y la revelación del inconsciente

Carl Jung, reconocido psicoanalista y estudioso de la mente humana, nos revela que el inconsciente conoce todos los rasgos de nuestra personalidad. Esto significa que guarda la conciencia de nuestras fallas y virtudes y, por lo tanto, tiene pistas sobre lo que podría suceder en nuestro futuro, precisamente porque sabe cómo actuaremos ante las situaciones de la vida.


La evolución de los espejos físicos

En un intento de captar ese fenómeno reflexivo, se empezó a pulir piedras y metales, hasta llegar al vidrio. Revestido con una fina capa de plata en uno de sus lados, el vidrio se convirtió en una superficie perfectamente reflectante: como un lago cristalino “congelado”, listo para usarse en cualquier momento.

Originalmente, los espejos estaban hechos con metales como oro, plata y cobre, buscando siempre una superficie clara y reflectante. En otras culturas, incluso se utilizaba la obsidiana, una piedra volcánica que refleja una imagen oscura y sombría. Pero ese tema lo dejaremos para otra oportunidad.


El espejo como instrumento mágico

En aquella época, los espejos eran exclusivamente de mano. Se consideraban instrumentos personales, casi sagrados. Y de esto deducimos una verdad profunda: solo es posible ver el propio futuro a través de la lámina reflectante de un espejo.

Él refleja únicamente a quien lo observa, por lo que las visiones y predicciones pertenecen exclusivamente al usuario. “Espejo, espejo, ¿hay alguien más bello que yo?” Todos recordamos esa famosa frase del cuento de Blancanieves. Esa escena mágica no está tan alejada de la magia con espejos.

Desde hace milenios, brujas y magos de todo el mundo utilizan espejos como portales a otras dimensiones. A través de ellos realizan magias y conjuros, y los emplean como oráculos y como pasajes hacia seres mágicos que habitan planos espirituales.


Portales y oráculos

Mucha gente me pregunta: ¿quién responde a las preguntas hechas frente a un espejo mágico? Te presento dos posibilidades.

La primera es la manifestación de tu propio inconsciente. Este puede mostrarse de diversas formas: como un hombre, una mujer, un niño o un anciano. Todo depende de cómo tu inconsciente desee revelarse.

La segunda opción es la invocación de un espíritu guardián, un ser mágico que habita en uno de los múltiples mundos espirituales y que pasa a residir en tu espejo como protector y guía. En ambos casos, estos espíritus solo pueden ser invocados mediante un ritual de consagración, que debe ser realizado por alguien que ya haya recorrido el camino mágico con conciencia y responsabilidad.


Rituales y cuidados con los espejos mágicos

Con un espejo debidamente imantado con hierbas sagradas y consagrado, podemos comunicarnos con seres mágicos, ya que actúa como reflejo de nuestro interior. A través de él accedemos a vibraciones, energías y entidades espirituales que resuenan con nuestra fe y devoción. Por ello, es fundamental usar el espejo de forma consciente y respetuosa en nuestra práctica mágica.

Como funciona como portal, es necesario protegerse de influencias negativas y entidades obsesivas. Antes de cualquier rito, ya sea de invocación o visualización, debemos consagrar el espejo, imantarlo y abrir un círculo mágico de protección.

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